Jueves, 10 de Octubre de 1940

Con motivo de su llegada a la dirección del colegio en noviembre de 1940, el periódico El Espectador hizo una semblanza de la nueva rectora en que se insistía tanto en las sólidas bases del colegio como en las innumerables virtudes de su nueva líder:
“Y los tiempos han cambiado, bien lo dicen los abuelos.
El Gimnasio Femenino representa, sin duda, la realización firme ya, estabilizada, de un ideal de colegio para niñas que soñó Agustín Nieto Caballero y llevó a la práctica, tenazmente, como realiza cuanto se propone. Acaso lo que le da su carácter nuevo, revolucionario, de hogar claro y lleno de luz, es la presencia de esta directora joven y linda, suave y reflejando en la serenidad perfecta de sus ojos azules cuán amable y grata es la tarea que se ha impuesto…
Con una firme y vastísima ilustración, viajada, experta en arte, de una inteligencia viva y alerta, hay en su personalidad sugestiva un equilibrio, una mesura perfecta, que no se altera jamás”.
Habiéndose desempeñado anteriormente como profesora de fran- cés, doña Magdalena Samper ejerció el cargo de directora personi- ficando en todo la figura de la maestra con que soñaba la Escuela Nueva. Si don Agustín proponía desde inicios del siglo una escuela en la que el ceño áspero del maestro diera finalmente paso a la sonrisa del educador, doña Magdalena supo ser esa educadora para las generaciones de gimnasianas que crecieron con ella. El inmen- so afecto hacia la institución y sus estudiantes se traslucía en cada palabra dirigida e incluso en el cariñoso apelativo que en ocasiones usaba para dirigirse a sus estudiantes: “queridas amiguitas”.

En el discurso de su primera promoción, les decía a las bachilleres:
“Mis queridas alumnas: no quiero que termine el año sin decirles a todas aquí reunidas todo el cariño que siento por ustedes, y el orgullo que me embarga al verme elegida para dedicar a ustedes lo mejor de mi tiempo y de mi esfuerzo”.

Como lo expresaba ella misma, el anhelo de Magdalena Samper era que el colegio fuera ante todo un ambiente de paz y el lugar ideal para que las estudiantes encontraran en él los criterios e inspiraciones para el resto de la vida. Seguramente de allí sur- gió la innovadora idea de inaugurar en 1942 el programa de los “cursos complementarios”; un programa que buscaba ofrecer una educación para mujeres más allá del bachillerato. Los cursos cubrían desde historia de la cultura, literatura y arte, música y cocina, hasta psicología infantil, primeros auxilios y economía.
Con una clara visión de la importancia de la educación femenina, la rectora explicaba así el sentido de estos cursos:“Hoy no solamente los hombres,sino también nosotras las mujeres tenemos nuestros deberes en la comunidad, los que cada día se van definiendo con más precisión. Así lo ha visto siempre ésta escuela, la que dentro de ese ánimo fue creada”.
Satisfecha por la labor cumplida y esperanzada por el futuro del Gimnasio, hizo entrega de su cargo a Doña Ana Restrepo del Corral.